sábado, 8 de diciembre de 2012

Abrir la boca

Naranja
un diálogo milenario
detrás de los ojos.
Los ángeles sirven jaiboles
entre azucenas y pláticas
de leopardos cansados que dejan su cuero
en la pared.
No importa más el dolor
no importa más la angustia
descansa
descansa
descansa
Hay un grito apagando otro grito
una canción entre las venas
recordando, pulsando
que la luz es luz
aunque no se le dé nombre.

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