martes, 20 de noviembre de 2012

Nada

Yo no quiero florecerte, adorarte ni que me olvides. 
No me importa gustarte o perderte, 
al fin que siempre habrá un fonema que me ame.

Yo no quiero obedecerte o contravenirte, 

opacarte o vivir en tu sombra.
No me importa el tránsito ni la ceguera

No me importa si los mastines mastican ciudad o lluvia, 

mis vestidos o el silencio. 
Las pasiones fueron ya escritas
yo nada más repito ecos.

Acá sólamente hay un nombre 

mejor que el tiempo
nombrándonos, mientras se llama,
Nada. 

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