Como el rojo del desierto amaneciendo
así estás tú
en el otro lado de mi luna negra.
Así brillas tú en mi corazón.
lunes, 30 de julio de 2012
domingo, 29 de julio de 2012
Al divino laberinto
Gracias quiero dar al divino laberinto de las cosas
Borges
Gracias quiero dar al divino laberinto de las cosas
por permitirme al fin amar
y dialogar con tu alma
por descubrirme a tu lado más mujer
antes que escritora
por fabricar la poesía
en cada beso que te entrega mi corazón.
Gracias quiero dar al divino laberinto de las cosas
por reunirnos entre tanto mundo
por abandonarme en el origen marino de tus ojos
por la voluntad de decir sí a pesar de las palabras de los otros
y entregarme a ti
el resto de mis días: sin ti ya no hay camino
contigo el amor es mi todo.
Rezaré al cielo
por la puerta que me permite tomarte entre mi cuerpo
y besarte y ser tuya y verte.
Apelaré a la magia que emana
de nuestras bocas
para que mi deseo se vuelva otra vez
tu luz llenando mi existir.
sábado, 28 de julio de 2012
A la muerte
Fragmentado, antes que ausente.
En dos aguas antes que perdido
Sin la música de tus manos
sin el origen marino de tus ojos
yo no.
Cincuenta años sin ti
en tierra
no me son imaginables.
Mejor llamar la muerte hoy mismo:
dejo los escritos,
los soles de otros continentes,
el fulgor de la materia.
Sin ti yo no.
No bailaré sola este vals
llamado vida.
Que me perdonen los dioses
por no ser más fuerte.
Que venga la dulce muerte
y me permita amarte en la otra vida.
Sin ti (a medias) yo no.
Sin tu cuerpo no quiero mi nombre.
Sin tu corazón no deseo tener labios.
Sin ti ya no.
Sin ti ya no.
Muerte, sin mi hombre ya no.
En dos aguas antes que perdido
Sin la música de tus manos
sin el origen marino de tus ojos
yo no.
Cincuenta años sin ti
en tierra
no me son imaginables.
Mejor llamar la muerte hoy mismo:
dejo los escritos,
los soles de otros continentes,
el fulgor de la materia.
Sin ti yo no.
No bailaré sola este vals
llamado vida.
Que me perdonen los dioses
por no ser más fuerte.
Que venga la dulce muerte
y me permita amarte en la otra vida.
Sin ti (a medias) yo no.
Sin tu cuerpo no quiero mi nombre.
Sin tu corazón no deseo tener labios.
Sin ti ya no.
Sin ti ya no.
Muerte, sin mi hombre ya no.
miércoles, 25 de julio de 2012
Decir
Decimos con la lengua
las palabras que en la memoria táctil
se encapsulan y guardan:
amor
flor
luz de día
furor
edén.
Decíamos que lo imposible
de estos tiempos
en la música se oye.
Es cierto cuando estamos lejos.
Es mentira cuando entonamos
la univocidad del tiempo.
Digo aquí
te amo.
No me falta nada
excepto la perpetuidad
de tu nombre dentro de mí
encima de mí
debajo de mí
y a mis costados,
única oración a la que hago caso
bendición a destiempo
que me lava.
las palabras que en la memoria táctil
se encapsulan y guardan:
amor
flor
luz de día
furor
edén.
Decíamos que lo imposible
de estos tiempos
en la música se oye.
Es cierto cuando estamos lejos.
Es mentira cuando entonamos
la univocidad del tiempo.
Digo aquí
te amo.
No me falta nada
excepto la perpetuidad
de tu nombre dentro de mí
encima de mí
debajo de mí
y a mis costados,
única oración a la que hago caso
bendición a destiempo
que me lava.
sábado, 7 de julio de 2012
Oh caminante callado de sol,
que en tus puertas lo mismo me difuminas
y me haces grande cuando me recibes:
Eliges la selva
con felina autoridad
y luego en mi corazón negro la olvidas.
Provocas trombas y mares
y me das a beber de su agua.
Y aún así
para mí eres un ángel.
y me haces grande cuando me recibes:
Eliges la selva
con felina autoridad
y luego en mi corazón negro la olvidas.
Provocas trombas y mares
y me das a beber de su agua.
Y aún así
para mí eres un ángel.
Caverna
Yo no quiero el misterio,
yo vuelvo mis ojos
al caudal de tu boca
caverna mágica que convoca
el conocimiento del sabio
y la savia que enciende y moja
este cuerpo que se desdobla
en serpiente y corazón negro
cuando con él dialogas.
yo vuelvo mis ojos
al caudal de tu boca
caverna mágica que convoca
el conocimiento del sabio
y la savia que enciende y moja
este cuerpo que se desdobla
en serpiente y corazón negro
cuando con él dialogas.
Santa Sabina
En la tarde vino María Sabina. Sin hongos, con el agua de peces en la planta de los pies y la mirada dulcísima formando un dique entre su historia y la que nos agobia. Llegó pronunciada por la boca de dos hombres, llegó en el prolongado escalofrío purificante:
Yo soy el libresilencio
que desata los nudos que perturban.
Yo soy la disociación de la forma
el abandono al aplauso
la abertura del sexo
como el canal donde encontrará alivio.
Yo soy la piel con hormigas marchando
el viento sucio que en el pelo se esconde.
Yo soy la vida después del trance
la creencia del amor ante sí y antes de todas las cosas.
La catarsis sin hechos
la caída del sueño de fama
del personaje hombre que no eres tú.
Yo soy la mujer espada de agua
yo soy la mujer que se abre sin miedos
y da el definitivo beso.
A la que tatuaron de palabras cuando nacida
y virgen
la acompañada por la luna
para envolverse de su misterio.
Yo soy la saciedad que se dispara
bajo los juncos y las piritas
los mares tranquilos de las almas que se hablan.
Yo soy el ritual de la palabra
la observadora silente de la gestación del sonido.
Yo soy la boca que dice la magia
la mesa llena de manjares
la sombra que se hermana con la luz
para crear la vida y respetar la verdadera Ley.
Santa Sabina llegó a la aula para curarme. Dijo que lloraría esta noche. Yo nada más siento que soy una cebolla despojándose de sus capas.
Yo soy el libresilencio
que desata los nudos que perturban.
Yo soy la disociación de la forma
el abandono al aplauso
la abertura del sexo
como el canal donde encontrará alivio.
Yo soy la piel con hormigas marchando
el viento sucio que en el pelo se esconde.
Yo soy la vida después del trance
la creencia del amor ante sí y antes de todas las cosas.
La catarsis sin hechos
la caída del sueño de fama
del personaje hombre que no eres tú.
Yo soy la mujer espada de agua
yo soy la mujer que se abre sin miedos
y da el definitivo beso.
A la que tatuaron de palabras cuando nacida
y virgen
la acompañada por la luna
para envolverse de su misterio.
Yo soy la saciedad que se dispara
bajo los juncos y las piritas
los mares tranquilos de las almas que se hablan.
Yo soy el ritual de la palabra
la observadora silente de la gestación del sonido.
Yo soy la boca que dice la magia
la mesa llena de manjares
la sombra que se hermana con la luz
para crear la vida y respetar la verdadera Ley.
Santa Sabina llegó a la aula para curarme. Dijo que lloraría esta noche. Yo nada más siento que soy una cebolla despojándose de sus capas.
lunes, 2 de julio de 2012
Sol araucano
Quiero un sol araucano
nubes y flores bordeando mi esqueleto
el tejido adiposo
esta canción en mis oídos
que no se cansa de repetirse:
yo he de ser el tobillo de piedras
que pise el nuevo mundo,
yo he de alimentarme de tu luz
cuando el mundo se nuble.
Tigre, guerrero, vuelve a contarme
los días sin fin
habitados en tu boca.
nubes y flores bordeando mi esqueleto
el tejido adiposo
esta canción en mis oídos
que no se cansa de repetirse:
yo he de ser el tobillo de piedras
que pise el nuevo mundo,
yo he de alimentarme de tu luz
cuando el mundo se nuble.
Tigre, guerrero, vuelve a contarme
los días sin fin
habitados en tu boca.
domingo, 1 de julio de 2012
La Torre
Elegiste la mano que te envuelve
cuando el frío.
Siempre ha sido tuya,
no hubo elección en realidad.
Tu inercia acabó con mi estructura:
Hay una torre dentro de mí
cayéndose.
Si te digo la nada
si elijo querer y nombrar
al amor de otra manera
es que fincando estoy mi venganza
al destino: me giró el rostro y te vi;
recorriste mi alma
y recordé el origen:
éramos una sóla melodía.
Ahora tú eres mis manos
yo sólamente
el tren del desierto
que atraviesa tu espalda
y te llena de ternura el silencio.
Quiero dejar de ser tu tren
quiero convertirme en una estación
para ahí esperarte
para pedirle la absolución al Altísimo
para poder ahogarme en el océano de tus ojos
para llorar esta vez sobre tu espalda
el agua divina del paraíso.
Alcánzame la gloria cuando yo me vaya,
guárdate estos besos
para el viaje.
cuando el frío.
Siempre ha sido tuya,
no hubo elección en realidad.
Tu inercia acabó con mi estructura:
Hay una torre dentro de mí
cayéndose.
Si te digo la nada
si elijo querer y nombrar
al amor de otra manera
es que fincando estoy mi venganza
al destino: me giró el rostro y te vi;
recorriste mi alma
y recordé el origen:
éramos una sóla melodía.
Ahora tú eres mis manos
yo sólamente
el tren del desierto
que atraviesa tu espalda
y te llena de ternura el silencio.
Quiero dejar de ser tu tren
quiero convertirme en una estación
para ahí esperarte
para pedirle la absolución al Altísimo
para poder ahogarme en el océano de tus ojos
para llorar esta vez sobre tu espalda
el agua divina del paraíso.
Alcánzame la gloria cuando yo me vaya,
guárdate estos besos
para el viaje.
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