viernes, 18 de mayo de 2012

Silvestre

Por qué hueles a yerba, mujer
si tu seno ha crecido a merced del tren y las fábricas.
Será que tu sello es el trigo
será que abriste tu luna
en la medianía del campo que habita
aún
en el aire.

Y huelo tu pelo
tu vestido
tu entrepierna
Y sigues siendo girasol silvestre.
 
Porque hueles a yerba, mujer
conocí la tarde de mis ancianos
mientras recorrías mi cuerpo
alimentándome del pan amasado con tu saliva.

Una luz dorada
se arropa en tus montañas.
Dejaste de ser desierto.


1 comentario:

Javier F. Noya dijo...

Puede tener varios significados. Amor a otra mujer, amor a una tierra, en ambos casos de placentera seducción. Bello poema. Besos.