martes, 15 de mayo de 2012

Maktub

Mash Allah que hoy, como regalo inesperado, pueda sentir el perfume de un día que no es un día cualquiera. 

Mash Allah que sople el viento dulce de mi madre Mayo
y emerja la flor exótica en la mujer del espejo 
inundándome de su perfume creado a imagen y semejanza de las noches blancas
beso en el centro del blanco
a intensidad del fruto que se forma olvidando la tristeza de la semilla
canción de la fruta amanecida.

Mash Allah que sea polvo y carne
hueso tocado por la melodía de un piano a las cinco y veintitrés. 

Esta vida vibra. Soy apenas una cuerda. 

Maktub.  

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