lunes, 16 de abril de 2012

África y fotografía

Y eran rituales
gritos de sol
la astilla como puente
entre dos almas.
Y el polvo redimido en el aire
hablaba con el cuadrúpedo
sobre la inquietud
de los dioses
dentro los cuerpos orando
por otros cuerpos.

1 comentario:

Javier F. Noya dijo...

Dioses inquietos, deberían estarlo. Bella poesía. Besos